domingo, 9 de octubre de 2011

Cómo el lenguaje moldea el cerebro

El bilingüismo mejora las aptitudes cognitivas desde la primera infancia hasta la tercera edad

Un bebé de cinco meses ya es capaz de distinguir entre dos idiomas si se cría en un hogar bilingüe en el que su madre habla en un idioma y su padre en otro. En edades escolares, los alumnos bilingües tienen más capacidad que los monolingües para concentrar su atención en estímulos relevantes e ignorar los irrelevantes. Esta capacidad de fijar la atención, que es independiente de la inteligencia, se mantiene en la etapa adulta. Pero es en la tercera edad donde el bilingüismo está demostrando beneficios más importantes.

"Las ventajas cognitivas del bilingüismo en niños y adultos se atribuyen a que dominar dos idiomas obliga a una gimnasia mental permanente que mejora el sistema de control ejecutivo del cerebro", explica Albert Costa, investigador Icrea de la UPF. El control ejecutivo se refiere a la capacidad de concentrarse en una actividad inhibiendo las distracciones. En personas multilingües, que en todo momento pueden comunicarse en dos o más idiomas distintos, el cerebro debe ignorar las palabras de un idioma para poder comunicarse en el otro.

Los estudios de neuroimagen han confirmado que las áreas del cerebro involucradas en el lenguaje se solapan con las que están involucradas en el control ejecutivo. Además, se ha observado que las lesiones en el área del control ejecutivo tienen repercusiones en la capacidad lingüística.

Los investigadores advierten que un mayor control ejecutivo no comporta una mayor inteligencia. "Las funciones ejecutivas son importantes, pero la inteligencia engloba otras muchas funciones". Aún así, el bilingüismo cambia el cerebro de un modo que permite ser más eficiente cuando se realizan varias activades a la vez o cuando hay que concentrar la atención en una tarea concreta.

Cuatro efectos saludables de aprender idiomas

Plasticidad cerebral: Tras examinar a 105 personas de las que 80 eran bilingües, científicos del Universiti College de Londres (Reino Unido) detectaron que conocer un segundo idioma modifica de manera positiva la estructura del cerebro, en concreto el área que procesa información. En particular, mejora la llamada plasticidad cerebral, potenciando el aprendizaje y la memoria.

Retrasa el Alzheimer: Ellen Bialystok, profesora de Psicología de la Universidad de York en Toronto (Canadá), realizó un estudio con 450 pacientes con Alzheimer, la mitad de los cuáles había hablado dos lenguas la mayor parte de su vida, mientras el resto sólo manejaba una. Bialystok encontró que las personas que hablaban más de un idioma empezaron a mostrar los síntomas de la enfermedad entre 4 y 5 años más tarde.

Este beneficio se atribuye a que ejercitar el cerebro hablando dos lenguas con asiduidad crea una reserva de recursos cognitivos que permite afrontar mejor el alzheimer, igual que practicar actividad física crea una reserva de salud que permite afrontar mejor otras enfermedades.



Más concentrados: De acuerdo con una investigación publicada en la revista Psychological Science, los niños que aprenden más de un idioma tienen más capacidad de concentrarse y focalizar su atención, ignorando las interferencias que pueden distraerlos.

Gimnasia mental: Cuando una persona bilingüe cambia de un idioma a otro está ejercitando su cerebro, según ha podido comprobar Judith Kroll, del Centro de Ciencia del Lenguaje de la Universidad Penn State (EE UU). Esta "gimnasia cerebral" le permite manejarse mejor en situaciones de multitarea, es decir, trabajar en varios proyectos al mismo tiempo.




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